El AMOR siempre vence a la Muerte



Dicen que estoy amenazado de muerte. Tal vez. Sea ello lo que fuere, estoy tranquilo. Porque si me matan no me quitarán la vida. Me la llevaré conmigo, colgando sobre el hombro, como un morral de pastor.
Desde niño Alguien sopló en mi oído una verdad inconmovible que es, al mismo tiempo, una invitación a la eternidad: No temas a los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden quitar la VIDA.
La Vida la verdadera vida- se ha fortalecido en mi cuando, a través de Pierre Teilhard de Chardin, aprendí a leer el Evangelio: el proceso de la Resurrección empieza con la primera arruga que nos sale en la cara; con la primera mancha de vejez que aparece en nuestras manos; con la primera cana que sorprendemos en nuestra cabeza un día cualquiera, peinándonos; con el primer dolor de una enfermedad incurable... con el primer suspiro de nostalgia por un mundo que se aleja de repente ante nuestros ojos...
Así empieza la resurrección. Así empieza, no eso tan incierto que otros llaman la otra vida, pero que en realidad, no es la otra vida, sino la VIDA OTRA
Dicen que estoy amenazado de muerte. De muerte corporal a la que amó San Francisco. ¿Quién no está amenazado de muerte? Lo estamos todos, desde que nacemos. Porque nacer es un poco empezar a morir.
Amenazados de muerte. ¿Y qué? Si así fuere, los perdono anticipadamente. Que mi cruz sea una perfecta geometría de amor, desde la que pueda seguir amando, hablando, escribiendo y haciendo sonreír, de vez en cuando, a mis hermanos los hombres.
Que estoy amenazado de muerte. Hay, en la advertencia, un error conceptual. Ni yo ni nadie estamos amenazados de muerte. Estamos amenazados de vida, amenazados de esperanza, amenazados de amor...
Estamos equivocados. Las personas no estamos amenazas de muerte,estamos amenazadas de resurrección. Porque además del Camino y la Verdad, Él es la VIDA, aunque esté crucificada en la cumbre del basurero del mundo...
José Calderón Salazar

No hay comentarios:

Publicar un comentario